Quisiéramos ofrecer durante este año 2017 unos extractos de la exhortación apostólica Amoris Laetitia, del papa Francisco, publicada el 19 de marzo de 2016, después del Sínodo sobre la Familia. Son seleccionadas por María de Jesús Chávez-Camacho, miembro de la Colegiata Nuestra Señora del Cielo, con el deseo de que nos ayude a reflexionar sobre nuestro amor.

El valor de la paciencia

Tener paciencia no es dejar que nos maltraten continuamente, o tolerar agresiones físicas o permitir que nos traten como objetos. El problema es cuando exigimos que las relaciones sean celestiales o que las personas sean perfectas o cuando nos colocamos en el centro y esperamos que sólo se cumpla la propia voluntad. Entonces todo nos impacienta, todo nos lleva a reaccionar con agresividad. Si no cultivamos la paciencia, siempre tendremos excusas para responder con ira, y finalmente nos convertimos en personas que no saben convivir, antisociales, incapaces de postergar los impulsos, y la familia se volverá un campo de batalla. Por eso la Palabra de Dios nos exhorta: “Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad” (Ef 4, 31). Esta paciencia se afianza cuando reconozco que el otro también tiene derecho a vivir en esta tierra junto a mí, así como es. No importa si es un estorbo para mí, si altera mis planes, si me molesta con su modo de ser o con sus ideas, si no es todo lo que yo esperaba. El amor tiene siempre un sentido de profunda compasión que lleva a aceptar al otro como parte de este mundo, también cuando actúa de un modo diferente a lo que yo desearía.

Papa Francisco. La alegría del amor. Sobre el amor en la familia (N°92)