Tener paz y alegría, incluso en los momentos difíciles

Una persona resucitada aporta paz. Da paz a las personas que tienen miedo, a las personas encerradas. Logra atravesar muros de diferencias sociales, culturales, económicas o políticas. No hay frontera para acercarse al otro: toda persona es digna de amor.

Qué importante es tener paz y alegría, incluso en los momentos difíciles. Si se está instalado en la confianza en Dios Padre, no hay ansiedad ni temor. Si no tenemos paz y alegría en nuestro corazón, no podemos dar paz. Solo podemos ser mensajeros de paz, teniendo paz interior.

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Introducción

En Cuaresma, muchos cristianos rezan el Via Crucis. Pero no todo termina en la cruz…
Les invitamos a seguir meditando: a ponerse en camino para un Via Lucis. Se trata de meditar sobre los encuentros con Jesús Resucitado.

La meditación que les ofrecemos se hace desde una perspectiva muy particular, poco habitual pero de gran valor pastoral. Un sacerdote español, el doctor Alfredo Rubio, propuso que nos pusiéramos “en la piel de Jesús Resucitado”. El bautismo nos hace morir y resucitar con Cristo, por lo tanto, vivir resucitados debería de ser algo habitual en todo cristiano. Poniéndonos en el lugar del Resucitado, tendremos indicios de un estilo de ser cristiano, muy novedoso.

Meditaremos con fotografías de mosaicos que el padre Marko Rupnik realizó para la Iglesia en Ginebra. Están puestos en el exterior de distintas iglesias y edificios, siguiendo la indicación del Papa de ser “Iglesia en salida”. Se espera que la belleza de los mosaicos de este Camino de Alegría (Chemin de Joie) interpele a los transeúntes (peatones) y a las personas que los contemplen virtualmente.

 


 

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