Hechos 2

Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. 2De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. 3Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. 4Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.

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Comentario

El mosaico que representa Pentecostés está situado en la entrada de un templo protestante de Ginebra. Además de ser parroquia protestante, da techo a dos comunidades ecuménicas: la comunidad de personas con discapacidad y la comunidad de personas sordomudas.
No es por casualidad que justo allí se instaló este mosaico que refleja el don del Espíritu Santo. Es un don para todos; no hace falta ninguna capacidad concreta. Es como un grifo abierto de donde sale agua, solo se trata de poner una copa para recibirlo. Todos somos templo de Espíritu Santo, para que entre, solo se necesita que abramos las puertas de nuestro ser.
Para las personas con discapacidad y las personas sordomudas las manos son de gran importancia. Necesitan el tacto, la ternura; necesitan el lenguaje de signos para comunicarse. Para mí, la mano del mosaico es la mano de Dios que lo da todo, siempre.
El Espíritu Santo transforma y santifica todo nuestro ser, todo lo que somos… Nos empuja a salir de nosotros mismos, para hablar en otras lenguas, no tanto pronunciando palabras con la boca, sino poniendo manos a la obra: trabajar para llenar de amor todo lo que existe.

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Introducción

En Cuaresma, muchos cristianos rezan el Via Crucis. Pero no todo termina en la cruz…
Les invitamos a seguir meditando: a ponerse en camino para un Via Lucis. Se trata de meditar sobre los encuentros con Jesús Resucitado.
La meditación que les ofrecemos se hace desde una perspectiva muy particular, poco habitual pero de gran valor pastoral. Un sacerdote español, el doctor Alfredo Rubio, propuso que nos pusiéramos “en la piel de Jesús Resucitado”. El bautismo nos hace morir y resucitar con Cristo, por lo tanto, vivir resucitados debería de ser algo habitual en todo cristiano. Poniéndonos en el lugar del Resucitado, tendremos indicios de un estilo de ser cristiano, muy novedoso.
Meditaremos con fotografías de mosaicos que el padre Marko Rupnik realizó para la Iglesia en Ginebra. Están puestos en el exterior de distintas iglesias y edificios, siguiendo la indicación del Papa de ser “Iglesia en salida”. Se espera que la belleza de los mosaicos de este Camino de Alegría (Chemin de Joie) interpele a los transeúntes (peatones) y a las personas que los contemplen virtualmente.

 


 

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