El día 2 de febrero se celebra en la iglesia católica la fiesta de la Candelaria. La palabra candelaria viene de candela o vela, ya que es una fiesta religiosa que se acompaña con velas. Estas velas representan la luz de Jesús que ilumina al mundo y es traída por María, por eso, es una fiesta mariana asociada a la Presentación de Jesús en el templo.

Sin embargo, no siempre se celebró el 2 de febrero ni tenía que ver con la presentación de Jesús y la purificación de María después del parto, según costumbres judías. La fiesta de la Luz o de la Candelaria comenzó a celebrarse en oriente con el nombre del Encuentro. En el siglo VI comenzó a extenderse a occidente y en Roma adquirió gran peso. En Jerusalén, curiosamente, se celebraba con una procesión de velas hasta la Basílica de la Resurrección, donde se haya el Santo Sepulcro.

Actualmente la fiesta del Encuentro se celebra en muchos lugares la mañana del domingo de Resurrección y representa el encuentro de María con su hijo resucitado. Parte de esta fiesta popular consiste en una procesión con una imagen de Jesús resucitado que se encuentra con otra procesión que lleva una imagen de María vestida de luto. Al encontrarse de frente dichas procesiones, el velo de luto de María es retirado y queda ella vestida de blanco, color litúrgico de la Resurrección. Como podemos deducir, la fiesta de la Candelaria tuvo su origen en la resurrección de Jesús y su encuentro con su Madre y no en la presentación en el templo, recién nacido.

Pero la popularización de esta fiesta en España y Latinoamérica, tal como la conocemos ahora, se debe al hallazgo de unos pastores de una imagen de María, en la orilla del mar en la isla de Tenerife, hacia fines del siglo XIV y comienzos del XV. Esta imagen se asoció a la Presentación de Jesús y la Purificación de María y en 1497 se celebró en aquella isla la primera fiesta de La Candelaria coincidiendo con el 2 de febrero. De mano de los emigrantes canarios al continente americano fue llevada esta fiesta a aquellos países, donde es muy popular.

Expuesto lo anterior podríamos decir que tenemos en el calendario dos fiestas de la Candelaria: la más primitiva del Encuentro de Jesús resucitado con María y la que nació en el siglo XV asociada a la Presentación de Jesús en el templo por parte de María y José. Ambas fiestas reúnen las personas de María y de Jesús.

Buscando en los evangelios el pasaje de la Presentación, vemos que Lucas también reviste ese momento del Espíritu Santo. Es el Espíritu quien mueve a Simeón a ir al templo y desvelar a María y a José quién sería Jesús: un “mesías del Señor”. Es importante fijarnos en el término mesías del Señor, ya que nos lo diferencia del mesías davídico que esperaba el pueblo judío para liberarlo de la opresión romana.

Si recorremos los evangelios con atención vemos cómo Jesús rompe el modelo de salvador político y militar que se le quería imponer. La liberación que Él propone es un movimiento que se gesta en el interior de cada persona y tiene que ver más con la toma de consciencia de sabernos hijas e hijos de Dios, promotores de cambio desde la paz y la justicia.

Ojalá que podamos ver detrás de esta fiesta de la Candelaria aquel sentido originario de Encuentro con Jesús resucitado. Encuentro en un sentido mariano e impregnado de la moción del Espíritu Santo.

Texto: Javier Bustamante Enriquez
Producción: Hoja Nuestra Señora de la Claraesperanza

 


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