«En la vida de cada uno de nosotros está la semilla sembrada por Dios y revelada por Jesús. Es pequeña pero crece más que ninguna. Consiste en amar irremediablemente al que sufre, al que llora, al que goza, al que es diferente a nosotros y al que se nos parece. En resumidas cuentas, a todos.
Basta que nos sumerjamos bien adentro y optemos por hacerle un pequeño hueco en nuestro día a día para que vaya creciendo con el amor, hasta que sus hojas frondosas se extiendan y se dejen ver por los demás, abrazándolo y a todos. Así contagiaremos el amor, el servicio, la humildad y el abandono en el Padre. Todas ellas cosas que Jesús vivió y nos mostró.»
Párrafo del artículo
Hablar de Jesús y sus amigos es hablar de esperanza
Claudia Soberón Bullé-Goyri
PARA EL DIÁLOGO PERSONAL O EN GRUPO:
1. ¿Te parece que dentro de ti hay una semilla de Dios?
2. ¿Qué haces para hacerla fructificar?
3. ¿Qué es lo que más te cuesta de seguir a Jesús?
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