El libro Las palabras calladas lleva por subtítulo Diario de María de Nazaret y es una reconstrucción literaria de la vida de María. Una especie de evangelio donde nos narra su día a día y los años compartidos con Jesús. Las palabras calladas (Paulinas: Madrid, 2022) es una obra de Pedro Miguel Lamet, jesuita nacido en Cádiz, autor de numerosos libros, ensayos y artículos.
Pasearse por las páginas de Las palabras calladas es encontrarse con un Jesús en íntima comunión con María y José. Es, también, caminar junto a María por todos aquellos lugares geográficos que los evangelios recogen cuando nos narran la vida de Jesús. Es, también, desmenuzar el sentido de la tradición y costumbres judías del siglo I.
Lamet toma entre sus manos las parábolas y las palabras de Jesús que podemos leer en los evangelios e intuye en ellas los silencios de María. Esas palabras calladas que nutrieron la sensibilidad de Jesús hacia Dios y hacia sus contemporáneos y que vieran su fruto en lo que conocemos como su vida pública. El autor no inventa nada, sólo cambia el ángulo de visión y trama un tapiz nuevo con hilo de poesía y sensibilidad. Además de ilustrar el relato con mucho conocimiento de la cultura de la época, de los evangelios y del Antiguo Testamento.
El primer capítulo nos abre la ventana al silencio de María, silencio contemplativo, silencio que recoge en el corazón cuanto vive y deja que Dios le hable en él. “Me gustaba apoyar los codos sobre el alféizar y dejar a mis ojos vagar libres por los olivares hasta más allá de la línea ondulada del horizonte. Sobre todo cuando amanecía y un olor húmedo a hierba recién estrenada subía suavemente desde la tierra de Israel, caliente y mediterránea, que me vio crecer como una niña enamorada y ahora recoge mis recuerdos grano a grano, igual que uvas tiernas desde la parra del porche”. Así comienza el libro, abriendo un relato en primera persona, donde María nos va narrando todo cuanto vivió desde un corazón humano que confía y entrega.
El resto del libro nos cuenta una historia que probablemente ya conocemos, pero que no habíamos escuchado en labios de una de sus principales protagonistas. Lamet hace un retrato de María que nos acerca a una mujer como podría ser nuestra madre, nuestra hermana, nuestra amiga o yo misma. Una mujer preocupada por su familia, que vive y se desvive por ella, una mujer solidaria con sus vecinas y vecinos, una mujer compasiva con los que sufren, una mujer que se interroga, una mujer que se siente parte del universo y que respira a la par de él.
La portada del libro también es el retrato de otro artista, el italiano Antonello de Messina, quien en el siglo XVI captara el alma de María y la plasmara sobre el lienzo. En este retrato se ve cómo María alarga su mano hacia el espacio, como tocando una realidad que está más allá de ella y a la vez dentro de sí. Su mirada también abre los ojos a la eternidad. Ambos retratos, el de Lamet y el de Messina, nos adentran en el silencio de María: silencio colmado de la presencia de Dios.
Texto: Javier Bustamante
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