Fermento en la masa
«Cada hombre, cada mujer, no nace como algo acabado y perfecto, sino que también se le regala un abanico de posibilidades, una historia en la que, entre luces y sombras, ha de ir caminando y actualizando todas sus potencialidades. Dios no quiso una criatura marioneta sin voluntad, deseo ni criterio, quiso seres libres con inteligencia, con conciencia y con capacidad de decisión, aunque para esto la propia libertad empañara la historia.» Seguir leyendo artículo de Inmaculada Calderón.»