¡Buenos días mi hermosa libertad!

¡Buenos días mi hermosa libertad!
De pronto el alba ya me ha despertado
y un saludo muy rápido te he dado.
¡Eres tesoro de mi mismidad!

¿En qué yo invertiré tanta beldad?
¿Qué cosa será digna de este alado
libre albedrío con que me he hallado?
¡Sólo el amor,