Esperanza en el desierto
El camino de conversión que nos propone la cuaresma no es un camino gris y triste, sino de alegría ante la posibilidad de acercarnos nuevamente a Dios en lo que de Él nos hubiéramos distanciado. Es la hora de aceptar la exhortación que nos hace San Pablo: «¡Dejaos reconciliar con Dios!»
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