Mucha gente vive triste y su vida parece amarga y oscura como un día nublado. ¡Viven quejándose de una y otra cosa! ¡Angustiados por lo que tienen y tristes por lo que no tienen!
Yo me imagino la cara que debe poner Dios cuando ve a estas personas. Igualita que la que ponemos nosotros cuando, con gran ilusión y esfuerzo hacemos un regalo a alguien que queremos mucho y, sin embargo, vemos que a esa persona no le agrada, e incluso desprecia el obsequio que le hemos hecho.
Imagina tú la cara de Dios cuando Él, que nos ha regalado la vida, nuestro existir, ve que nosotros minusvaloramos este don suyo y tan sólo –comparándonos con los demás- echamos en falta cosas que nos producen esta tristeza y envidia al no tenerlas.
¿No será mejor valorar con gozo todo lo que somos?
¡Cuánto hemos de valorar nuestra vida! ¡Qué don más maravilloso!
¡Hemos de vivir con gozo aunque también tengamos motivos para sufrir!

Josep Lluís Socías Bruguera
Minutos de Radio.
Vivir la fiesta cada día.
Edimurtra, Barcelona