¡Qué hermoso es ver a los niños pequeños dormidos en brazos de sus padres! ¡Qué confianza muestran tan grande! Se sienten protegidos, queridos, tranquilos… ¿Qué les puede pasar de malo? ¿Qué lugar más seguro para un niño que el regazo de una madre? Solamente teniendo esta confianza y esta protección, el niño se sumerge en un plácido sueño. Los médicos dicen incluso, que este dormir bien, hace a los niños más inteligentes.
OLYMPUS DIGITAL CAMERA
A mucha gente mayor en cambio, les cuesta dormir. Y cuanto más cansados, peor. Unos se refugian en oír la radio hasta altas horas de la madrugada,… otros leen hasta caerse rendidos. Muchos adultos padecen insomnio… y temen que llegue la noche.

Se ha dicho que cuando alguno no duerme o le cuesta dormir es porque no tiene la conciencia tranquila.

Me gustaría daros un consejo para dormir pronto y sosegados: Jesús en el Evangelio nos dice que si no nos hacemos como niños, no entraremos en el Reino de los Cielos. ¿Por qué no hacemos, pues, como esos pequeños que os decía al principio? ¿Por qué no nos ponemos con gran confianza en los brazos de Dios Padre?

Debemos dejar emerger al niño que fuimos y que permanece en el fondo de cada uno. Desinhibirlo y que surja con su propia espontaneidad.

Ojalá, al llegar la noche, nos acurrucáramos en el regazo del Padre pues sabemos con toda seguridad que nos ama infinitamente. No sólo uno se dormirá en paz y en seguida, sino que además, aprenderá a hacer todas las cosas en presencia y con la ayuda de Dios.

Por Josep Lluís Socías (Barcelona)