Salve, Salve, Claraesperanza (bis).
María Claraesperanza,
la preferida de Dios
tus vestidos son cual olas
que resplandecen al sol.
En tus ojos de bondad
hay la historia de un sendero
que se ha tejido sin prisa
hasta el sí junto al madero.
Salve, Salve, Claraesperanza (bis).
¡Oh Virgen favorecida
que viste la Luz primera
de Cristo Resucitado
por la humanidad entera!
¡Oh Madre de la esperanza
que aguardas en el camino,
cerca de la vieja murtra,
acompaña al peregrino!
Salve, Salve, Claraesperanza (bis).
¡Oh Madre! De nuestra nave
eres tú, proa y timón.
Guía el bajel de la Iglesia
al puerto de Salvación.
María Claraesperanza,
tú, la escogida de Dios,
tus vestidos son cual olas
que resplandecen al sol.
Salve, Salve, Claraesperanza (bis).
Por Grupo Claraeulalias
Música: Manuel Soler
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