Por Javier Bustamante. Buena parte de los evangelios nos muestran las enseñanzas dirigidas a los y las discípulas de Jesús. De hecho, estos textos fueron escritos para mostrar el camino que les proponía. Y podemos extraer de ellos planteamientos no sólo religiosos, sino antropológicos, éticos, políticos, económicos, ecológicos…

Marcos, en su relato evangélico, acerca el zoom hacia un sector del pueblo que en tiempo de Jesús era prácticamente invisible, casi no contaba como persona: los infantes. Y vemos cómo sus discípulos seguían aún con aquella actitud, impidiendo que las personas consideradas pequeñas o menospreciadas, tuvieran acceso a Jesús y al Reino de Dios.

La respuesta de Jesús descoloca. Abre sus brazos y los hace venir hacia él. Pero, sobretodo, pongamos atención a sus palabras: “quien no acoge el Reino de Dios como lo acoge un niño, no entrará en él” Es muy fuerte: ¡Jesús nos sugiere acoger el Reino de Dios como lo hace un niño!

Y ¿qué hacen los niños? Van hacia Jesús, quieren abrazarlo, ser bendecidos por su cariño. Tal como lo hacen con su padre y madre. ¡Así de sencillo! Y les quieren impedir esto. ¿Cuántas veces no impedimos a las personas, sea cual fuere su condición, acercarse al Reino de Dios?

Hacerse infante, en el sentido evangélico, es recononcer la necesidad de estima que tenemos. Y también quiere decir: abertura hacia el otro, búsqueda de la felicidad, aceptación, salida de sí mismo. El infante vive en el tiempo presente, este es su reino. Y también es el Reino de Dios: el tiempo presente. La presencia. ¡La infancia es presencia!

Si vivimos como niños, en este sentido, ya estamos en el Reino de Dios. No es una promesa para un futuro aún no existente, sino una realidad actual. Aquí y ahora el Reino de Dios es encaminar nuestra vida hacia Jesús. No es una cosa para mañana, para cuando seamos mayores o cuando pasemos a otra vida. La otra vida es esta si amamos y nos dejamos amar. Si somos presencia para nosotros mismos y para las demás personas.

Texto: Javier Bustamante
Producción: Hoja Nuestra Señora de la Claraesperanza

 


 

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