Están de moda los horóscopos. En revistas y diarios ocupan espacios importantes.
Ya de buena mañana, en la radio y en la televisión, nos leen el horóscopo como para resituarnos en el día.
Muy seguro que hay mucho de superstición, pero también, quizá, algo científico. No es del todo ilusorio que la Luna, por ejemplo, influyen en las mareas y en el crecimiento de las plantas y de los árboles; como no es lo mismo cortar la madera en una u otra fase lunar. Luego, el Sol, la Luna y los astros pueden influir también, de algún modo, en el desarrollo del feto.
Es muy importante saber que los cristianos tenemos desde el principio un «horóscopo». ¿Cuál es este horóscopo?. Cada día celebramos la fiesta de uno o de varios Santos, personas como nosotros, que se distinguieron por su bondad y que son ejemplo para los cristianos. Y éste debería ser nuestro horóscopo. Seguro que el Santo de cada día puede ayudarnos, con sus gracias, en la virtud que ella o él desarrolló durante su vida y que fue lo que impulsó a que lo canonizaran.
Por ejemplo: la Iglesia celebra cada 12 de febrero la fiesta de Santa Eulalia, patrona de Barcelona. Fue mártir en los primeros siglos de nuestra era. Dio su vida por confesar a Jesús como Salvador nuestro.
Eulalia significa «la bien hablada». ¡Qué hermoso nombre que califica una manera de ser! Ella supo dar testimonio heroico de su fe ante el gobernador pagano, pero más todavía supo dar testimonio con su martirio.
Los santos, seguidores de Jesús, hacen de sus vidas expresión de lo que fue la vida de Jesucristo: adoctrinar y actuar. Enseñar y ayudar. Palabras y obras.
Sin duda Santa Eulalia nos puede preparar un buen día: que ella, la bien hablada, nos sirva de ejemplo para dar testimonio, con palabras y hechos, de lo que somos y deseamos para los demás.
¡Ojalá sepamos leer nuestro «horóscopo» cristiano cada día! seguro que en el ejemplo de cada santo encontraremos el sentido y la alegría del vivir diario.
Por Josep Lluís Socías Bruguera
Buenos Días nos dé Dios
Editorial Edimurtra,
2ª edición
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