«…Las personas que están llenas de barro escurridizo son aquellas que van por el mundo con el defecto (que lo tenemos todos, en parte) de LA FRIVOLIDAD, que se trata de no dar a las cosas, personas o acontecimientos, la importancia que tienen; no darles importancia en tanto que sí la tienen. Hay que dejar de ser frívolo. Hay que detenerse en los asuntos, enfocarlos con hondura, sabiendo que hay solución, que las cosas tienen un sentido: hay que ser serio; la vida es una cosa seria. Y la alegría no es para nada contraria a la seriedad, en absoluto. En cambio, la alegría sí que es contraria a la frivolidad. El frívolo no crea alegría a su alrededor, ni la tiene él; el frívolo es ligero y superficial, pero no es alegre…»

 

Preguntas para el diálogo personal o en grupo:

  1. ¿Qué es para ti la frivolidad?
  2. ¿Deseas profundamente dejar de ser frívolo/a?
  3. ¿La verdadera alegría forma parte de tu vida?

Párrafo del artículo:
Introducción a los Diez Mandamientos: Salir de la riada

De Juan Miguel González Feria