No siempre hacemos limpieza el sábado, la semana a veces nos deja cansados y ese día lo que hacemos es dormir un poco más. Pero con frecuencia es cuando realizamos las cosas que, durante la semana, se acumulan. Por tanto, el sueño, la lavandería, mirar correos atrasados e ir a comprar ropa, comida o libros… no es extraño que lo hagamos en sábado.
El sábado es indispensable per a la vida. ¿Qué haríamos sin el sábado? ¡Hey! Quizás algunos están pensando: pero si el sábado yo trabajo. De acuerdo, entonces posiblemente domingo o lunes… pero todos necesitamos un día para hacer “limpieza”.
Limpieza de todo aquello que nos estorba o que acumulamos innecesariamente. No sólo suciedad en la casa, también limpiar las emociones, los cansancios. ¡Sí! Tener un día para poder caminar tranquilos y poner en orden el cuerpo, escuchar el corazón, repasar cómo va la vida de los amigos. Con los amigos también hacemos limpieza.
Con los amigos hacemos limpieza cuando los llamamos y los escuchamos, ellos necesitan alguien que los acompañe y esos somos nosotros, al igual que a veces ellos nos escuchan. Hacemos limpieza con los amigos cuando nos ponemos al día, cuando les pedimos algún favor o les regalamos algún presente. A veces los amigos son los padres o alguna persona mayor que espera con mucho gusto nuestra visita.
¿De qué tenemos que hacer limpieza? ¿Qué estamos acumulando? ¿Qué cosas estorban? ¿He escuchado mi cuerpo, mi agenda, mi sueño? A veces acumulamos insatisfacciones, deseos… Acumulamos intuiciones, pero, ¿las escuchamos?
¡Sí, qué maravilla que exista el sábado! El día que nos ayuda a poner orden, armonía, descanso a nuestra vida. Nos ayuda a que la vida sea muy nuestra, muy mesurada. ¡Así, el domingo, podemos descansar!
Por Elisabet Juanola Sória
Voz: Ester Romero
Música: Manuel Soler, con arreglos e interpretación de Josué Morales
Producción: Hoja Nuestra Señora de la Claraesperanza
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