La antigua tragedia de ser mujer

Los hombres no nos damos cuenta. No lo hemos sentido nunca. No lo hemos vivenciado pues. Sólo nos ha tocado esta peligrosidad de refilón y entonces nos hemos podido quedar sorprendidos y perplejos. Pero luego… se piensa: ¡cosas de la vida! Y muchos se han consolado pronto.

¿A qué me refiero? Dar