El hombre-anuncio

Antes de la guerra civil –me explican- había en las Ramblas de Barcelona y en los paseos de las ciudades importantes, el hombre-anuncio. Era un hombre que llevaba unos carteles en pecho y espalda que, como si fueran un enorme escapulario, servían para anunciar lo que los publicistas le ponían en aquellos plafones.