maria_notxtMaría, andariega, visita todos los rincones del planeta, donde hay vida está presente: madre, mujer, hermana, hija. En muchos países le dedican un mes, en Chile y Argentina lo hacen entre el 7 de noviembre y el 8 de diciembre, justo en el florecer de la primavera austral, un mes entero de contemplar este misterio que es la Madre de Dios. El frío del invierno ha pasado y es más apetecible participar en las romerías, en los rosarios al alba y en actividades al aire libre de devoción mariana.

Para algunos estudiantes es una excelente oportunidad para encomendar el final del curso escolar, los últimos exámenes, trabajos y entregas, es frecuente verlos acompañar las procesiones con la imagen de María, cantos y flores. La oración nos ayuda a ser más nosotros mismos, nos ubica en el lugar que ocupamos en el universo: creaturas. Podemos simplemente hablar con María, desahogarnos, contarle de nosotros, formular preguntas que de otra manera quedan enquistadas y no llevan a nada. Ella siempre escucha, que ya es sanador.

Pero además podemos pedir. Pedir ayuda, pedir consejo, pedir que nos de luz, pedir milagros. Todo lo que pidamos tendrá recompensa, la primera recompensa saber lo que necesitamos, tomar conciencia de nuestras falencias, muchas veces ese es el primer paso para solucionar las cosas.

Con frecuencia, cuando nos acercamos a la Santa Madre es porque estamos un poco apurados, porque las fuerzas flaquecen y necesitamos su apoyo. Ella sabe eso y nos acoge con dulzura. No olvidemos que todo lo que sucede en la vida es vida y cada uno tenemos que aprovechar ese capital. Por eso, recordar que María conoce el sufrimiento, no escatimarlo es una clave importante para nuestra madurez.

Texto: Elisabet Juanola
Voz: Javier Bustamante
Música: Manuel Soler, con arreglos e interpretación de Josué Morales
Producción: Hoja Nuestra Señora de la Claraesperanza


 

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