Cuando hablamos de paz, muchas veces imaginamos que es el fin de una guerra. Sí, ese momento en que los dirigentes se sientan a negociar y los vencedores imponen a los vencidos sus condiciones. Incluso, se dice que por seguridad, las tropas se quedan a imponer la paz. Pero, en realidad, una paz auténtica no se impone y tampoco puede definirse como el fin de una guerra ni algo que sea negociable.
También solemos pensar que un país tiene paz cuando su economía parece estar en buenas condiciones. Sin embargo, muchas veces en los países que se catalogan como ricos, se viven desigualdades sociales muy grandes. Y, esto, lejos de promover convivencias pacíficas, es el caldo de cultivo de futuros conflictos. La paz no pude compararse con una aparente bonanza. La paz no es un bien material que pueda comprarse o que haya que protegerse bajo sistemas de seguridad.
En cuántas ocasiones hemos escuchado: esa persona vive en paz. Y muchas veces no imaginamos los conflictos internos por los que puede estar pasando. Nos parece que vive en paz porque no se mete con nadie, porque nunca le sucede nada. Pero la paz tampoco es estática y no quiere decir ausencia de problemas. La paz es dinámica e implica que haya convivencia con roces que pueden resolverse y ayudan a crecer.
Y, es que, la paz lejos de ser una meta que hay que conquistar, es un camino que se va andando día con día. También es una manera de andar, por la vida, es decir, una actitud ante las situaciones que se presentan, sean personales, familiares, vecinales, nacionales o internacionales. Cuando las personas y su bienestar son lo más importante, la paz tienen las condiciones necesarias para existir y mantenerse. La paz no es una cosa abstracta, ideal que siempre hay que ir persiguiendo. La paz tiene rostro: el tuyo, el mío, el del niño que está muriendo en el pueblo vecino, el de la mujer que camina hacia su trabajo.
Por Javier Bustamante
Voz: Ester Romero
Música: Manuel Soler, con arreglos e interpretación de Josué Morales
Producción: Hoja Nuestra Señora de la Claraesperanza
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