abrete_notxtJesús, en el evangelio de Marcos, ayuda a curarse a un sordomudo diciéndole “ábrete”. En ocasiones vivimos procesos que nos van encerrando. Preocupaciones de toda índole, sentimientos de inferioridad, insatisfacción… Todo ello, aunque no lo parezca, nos va acercando al núcleo de lo que somos: personas vulnerables, necesitadas de los demás, anhelantes de amor.

Somos esos gusanos envueltos en nuestro propio hilo de seda. Aguardando algo que nos saque de esa situación. Algo o alguien. Y esperamos, generalmente, que sea algo o alguien externo que nos auxilie. En parte así es. Sin embargo, hemos de estar atentos a la voz de Dios que a través de personas y circunstancias de la vida nos dice: “ábrete”. Y esa voz debe encontrar eco en nuestro interior, porque hemos de ser nosotros mismos los que nos abramos.

El “ábrete” que pronuncia Jesús es un “ábrete a la vida”. Porque una vez que uno se ha encerrado y ha tocado el fondo de la propia condición, hay que hacer el camino de regreso: abrirse para encontrar que hay personas con nuestras mismas necesidades de amar y ser amadas.

El sordomudo en el contexto de las enseñanzas de Jesús, más allá de ser quien posee capacidades diferentes, es aquella persona que no deja entrar ni salir de sí la vida. Se hace sordo a los demás y enmudece porque no quiere pronunciarse ante las circunstancias que le rodean.

“Ábrete”, dice Jesús, tocando sus oídos con los dedos y su lengua con saliva. El sordomudo, en un arranque de desesperación, se acerca a Jesús. No sabe cómo salir de sí, pero da el paso de pedir ayuda. Jesús rompe la barrera de la distancia y lo toca literalmente. Establece una intimidad tal que lo ayuda a volver a la vida.

Cuando nos sintamos lejos de lo que es vivir, demos el paso y pidamos ayuda. Dejémonos tocar. No pasa nada.

Cuando alguien se nos acerque pidiéndonos que le ayudemos a escuchar lo que le sucede y a poder explicarlo. Toquemos su vida y acompañémoslo a volver al circuito de la comunicación: de la comunión.

“Abrámonos” a Jesús “abriéndonos” a los que nos rodean.

 

 

Texto: Javier Bustamante

Música: Manuel Soler, con arreglos e interpretación de Josué Morales

Producción: Hoja Nuestra Señora de la Claraesperanza