XXII MediTcantamos
Un espacio virtual para meditar un canto.
En esta sesión meditaremos el canto: Tú mi Alfarero, de la Hermana Glenda
Comentarios de:
María de Jesús Chávez-Camacho y Pauline Lodder
Video: Tú mi Alfarero
Comentario de María de Jesús Chávez-Camacho Pedraza
Pineda de Mar
«Tú mi Alfarero… vuelve a empezar de nuevo»
Si decimos que Dios nos renueva por dentro, es porque Él vive en nosotros. Somos como dice San Pablo: “templos del Espíritu Santo” (I Co 6, 19).
Su amor nos renueva, nos transforma, nos da nueva vida.
Le pedimos al Alfarero: “vuelve a empezar de nuevo”. Sin embargo, esto no significa que empecemos de cero … Cada vez que Dios nos renueva por dentro, a través de su amor transformante, Él lo hace a partir de lo que somos: nuestra historia, nuestras limitaciones, nuestras capacidades… Si nos abrimos al amor de Dios, si nos ponemos en manos del Alfarero, Él hará maravillas en nosotros.
Confiar en que el amor de Dios nos transforma sin cesar por dentro, cuando nos abrimos a su acción vivificante, nos llena de esperanza. Es también creer que la Vida de Dios en nosotros es más fuerte que las tinieblas que en ocasiones aparecen, o los desalientos que a veces nos acechan…
Abramos todo nuestro ser para que nuestro Alfarero vuelva a empezar de nuevo.
Comentario de Pauline Lodder
Pineda de Mar
«Toma mi barro…»
Tenemos muchas maneras de representar a Dios, porque necesitamos hacernos una idea de cómo es. Una bella representación es de pensar en Dios como alfarero. Es una imagen bíblica, lo encontramos en el Génesis: Entonces el Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo (Ge 2,7). O por ejemplo en el profeta Isaías: … Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú nuestro alfarero: todos somos obra de tu mano (Is 64,7)
El teólogo Daniel Bourguet dice que Dios ha formado al primer ser humano con sus manos de alfarero. Lo ha formado desde el exterior. Pero al hombre nuevo, lo forma desde el interior, no con sus manos… sino con su amor…
Hace uno días fuimos a un pueblo de Cataluña que se llama La Bisbal de l’Empordà. Es un pueblo donde se produce cerámica. Hay muchísimas tiendas que venden piezas preciosas. Lo que más me impactó fue el museo de cerámica. Allí se mostraba todo el proceso de elaboración, desde recoger la tierra hasta hacer un bol. Y no sólo como se hace actualmente, con mucha maquinaria; sino cómo se hacía antes. Nunca me había imaginado todo el proceso de elaboración que está detrás de un plato de mi vajilla. Pues, si esto es así, cuanta más cuesta “elaborar” un ser humano.
Si Dios es como un alfarero, que nos está dando forma, la humanidad es arcilla húmeda, que todavía se puede modelar y que siempre se puede empezar de nuevo. Estamos al principio del proceso. No somos piezas pasadas por el horno, ya duras y rígidas. Hay esperanza que surja una nueva humanidad, que surjan hombres y mujeres nuevas, que sepan vivir en paz y armonía entre ellos, con el cosmos y con Dios. Sólo falta que digamos a Dios: Tú mi Alfarero, toma mi barro.
Tú mi Alfarero (Hermana Glenda)
La Hermana Glenda (Glenda Valeska Hernández Aguayo), es una cantautora chilena. Nació en 1971. Es teóloga y psicóloga. Perteneció a una congregación religiosa, las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación. Actualmente vive otra forma de seguimiento a Cristo en la Vida Consagrada. Ha compuesto muchos cantos y grabado muchos discos. Viaja por el mundo ejerciendo su ministerio de evangelización a través de la música. Se encuentran también muchos videos suyos en Youtube con cantos, conciertos, conferencias, talleres, vigilias de oración. También trabaja en asesoramiento psicológico y espiritual.
Letra:
Tú mi Alfarero
Gira que gira, rueda que rueda, siento tus manos sobre mi greda.
Me asombra el pensar que Tú la quieras.
Tu cacharro acaba de caerse, acaba de quebrarse, no acaba de encontrarte.
Tú mi Alfarero, Tú mi Alfarero toma mi barro y vuelve a empezar de nuevo. (Bis)
Gira que gira, rueda que rueda, siento tus manos sobre mi greda.
Me asombra el pensar que Tú la quieras.
¿Acaso no puedes hacerme de nuevo? ¿Acaso no puedes formarme?
Tu cacharro acaba de caerse, acaba de quebrarse, no acaba de encontrarte.
Tú mi Alfarero, Tú mi alfarero toma mi barro y vuelve a empezar de nuevo.
De nuevo, de nuevo, Tú mi Alfarero (Bis).
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