[audio:https://hoja.claraesperanza.net/wp-content/uploads/2012/07/amor_liberador.mp3|titles=Amor liberador]Audio: Amor liberador

Vayamos al momento en que Jesús, según nos lo narra el evangelio de Juan, se pone a lavar los pies de sus amigos en la última cena. Si podemos meternos con todos los sentidos y con el corazón en ese ágape, experimentaremos ese clima de amistad, de familiaridad, de tensión también por los momentos de incertidumbre que se acercaban. La vida es una mezcla de eso.

portada_amor_liberador¡Cuántas veces les hablaría Jesús del servicio unido al amor, ese “mandato nuevo”! La acción de lavar los pies pone a Jesús y al discípulo en una situación de cercanía radical: tanto física, como emocional. Rompe con la verticalidad y la jerarquización que muchas veces se da en las relaciones humanas, incluso en la amistad o en el amor de pareja y dentro de la familia.

A Jesús, ponerse en el lugar del que sirve, no lo encierra en una situación de servilismo. Al contrario, lo libera del estatus en que le pudieran tener sus prójimos. “Yo no los llamo sirvientes, sino amigos”. Y como amigo se acercaba a ellos. ¡Con qué tacto, con qué cuidado, con qué ternura se desenvolverían esos últimos momentos de convivencia cercana! Intercambios de palabras, de silencios, de miradas: los pies y las manos como puente entre las almas.

Aquello que Jesús pidió con vehemencia: “ámense como el Padre y yo nos amamos”, se plasma para siempre en ese gesto de acercarse al otro y buscar aliviar su pena, asumir su camino, ser bálsamo. El amor, cuando no espera sino el bien de la persona o la realidad que ama, no busca nada a cambio porque, antes de ofrendarse, ya ha encontrado en su interior un motivo hondo para hacerlo. Ese motivo hondo es la libertad, que genera no querer poseer a quien amas, sino “ser uno” con la persona o la realidad con la que te relacionas.

Buscar un amor liberador, intentar practicarlo en nuestra realidad más cotidiana, también nos va “haciendo unos” con Dios. Nos ayuda a acercarnos a los demás con alegría y paz.

Por Javier Bustamante Enriquez
Voz: Javier Bustamante Enriquez
Música: Manuel Soler, con arreglos e interpretación de Josué Morales
Producción: Hoja Nuestra Señora de la Claraesperanza

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