La prisa
Una característica de la riada del mundo, en contraste con el reino de Dios, es la prisa. Todos estamos salpicados por este fango: “no tengo tiempo, no me queda tiempo…”. No tenemos sosiego. Nos salpica el fango del aturdimiento de la prisa. Pero tenemos la sociedad organizada de esta manera, con unos planes
Sin mancha
Todos sabemos que Cristo en la cruz, muriendo por amor a nosotros, es como un faro que guía nuestro caminar por el mundo. Para ser capaces también, de desgranar nuestra vida en el amor a nuestro prójimo. Para llevarles a la justicia, a la paz, a la alegría y a la caridad.
¡Resucitó!
En nuestro tiempo, la mayoría de los cristianos hemos sido bautizados de niños. Desde entonces, tenemos impreso en nosotros el carácter de ese Sacramento. Cierto. Pero es a lo largo de muchos años, que vamos tomando conciencia del mismo hasta llegar, libre y responsablemente,
Jesús no está donde estaba
A menudo pensamos que la piedra del sepulcro rodó para que saliera Cristo. ¡Pero si Él atraviesa las paredes cuando quiere! Leemos, por ejemplo, que se presentará a los apóstoles en el cenáculo, cerradas las puertas. El cuerpo resucitado no entiende de paredes.
Cuando Lázaro resucita, Cristo mismo dice: -Removed la piedra.
El Espíritu Santo, motor de nuestra actuación
A veces los cristianos pensamos que nuestra misión es cambiar el mundo. Con la mejor de las intenciones, pretendemos nadar entre las turbulentas aguas del mal, de la ambición, del poder, creyendo, ingenuamente, que con nuestras fuerzas y deseos de bien transformaremos y mejoraremos el mundo y convertiremos el caos en armonía.
María, maestra en esperanza
¿Alguna vez les ha pasado a Vds. perder las esperanzas, cuando pensaban obtener algo que luego no llegó? Creo que es una experiencia que los cristianos hemos vivido más de una vez.
Sin embargo, cuando Cristo nos dice «pedid y se os dará» (Mt 7,7), nosotros suponemos con frecuencia que pidamos lo