El decálogo: ¿un Dios que hace alianzas?
El Papa Juan Pablo II, en su estupenda Carta Apostólica titulada «Al comienzo del nuevo milenio» (en latín, «Novo millenio ineunte»), en el número 4, nos dice que el cristianismo es nada menos que una sorpresa: «El cristianismo –explica–… es la sorpresa de un Dios que, satisfecho no sólo con la creación del
tad de sentirnos amados por Dios tal y como somos, qué ganas de encerrarnos con llave en nuestra habitación, como dice el Evangelio, ya que es la manera de liberarnos de las esclavitudes del mundo y estar sanos y salvos.
Cuando el campesino siembra la semilla, para ésta es el fin, se encuentra bajo tierra a merced de la oscuridad y la humedad. No obstante, si las condiciones son propicias, de su aparente muerte nacerá nueva vida. Fin y comienzo se unen en