Tengo un amigo sacerdote que siempre dice que hoy vivimos en una especie de riada que nos lleva y arrastra a todos. Estamos sumergidos, vamos arriba y abajo, chocamos los unos con los otros, nos sentimos atareados, agobiados, sin tiempo para dedicar a los
«Lo más opuesto a la verdadera alegria es la frivolidad»
de P. Pere Llaurens
Para San Pablo el amor es el centro de todo, lo que da sentido y valor a cualquier acto humano. Sin amor, todo se vuelve vano. En la primera carta que escribe a los cristianos de Corinto, pleno de la inspiración del Espíritu Santo, nos ofrece una concepción del amor nacida de las
Jesús nos dio un mandamiento realmente nuevo: que nos amemos unos a otros como Dios Padre ama a Jesús y éste a Él. Y –aclarándolo más- como también Jesús –hombre como nosotros y entregado hasta la Cruz- nos ama a nosotros.
Esto nos hace ver la novedad: “Que nos amemos” era ya
Audio: Inmensa alegría: ser alegres, un grado de humildad
Carlos es arquitecto, trabaja como docente en una universidad, ha tenido cargos importantes en su vida, es un hombre serio. Tiene dos hijos y es una persona entrañable. Una de sus características más propias es ser
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Nuestra Señora de la Paz,
que yo perdone y que me perdonen
Nuestra Señora de la Alegría,
que yo dé felicidad.
Nuestra Señora de la Libertad,
que yo misma no me esclavice.
Nuestra Señora de la Claraesperanza,
que me dé siempre la fortaleza
para amar a Dios y a todos.
Por Alfredo Rubio
«De pronto se produjo un gran terremoto. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. ¡Ha resucitado!»
(Mt 28,2a.4.6a)
¡RESUCITÓ!
¡Resucitó! Justo a la alborada, María —la única que tenía Clara-esperanza en ese sábado tan solitario—, diría a
En nuestras sociedades estamos en un momento de gran oferta, de una gran variedad de recursos. Con la televisión por cable accedemos a canales de muchos países. Internet nos ofrece un basto campo que nunca acabaremos de explorar. A menudo, las ciudades son más valoradas porque tienen más servicios, porque ponen a nuestro
A María le pido que consolide y aumente siempre, en todos nosotros, la paz y la alegría; esos dos dones primordiales en la vida cristiana.
En primer lugar, la paz, es decir, que no haya conflicto ni turbación sino sosiego y claridad. Paz, tanto en las personas como en las familias, en